Llegó con el apodo de Neymar colombiano, dribbles, caños, gambetas y esa idea del espectáculo no necesariamente direccionado hacia el resultado. Aunque lejos del nivel del brasileño y de su capacidad goleadora, Carrascal tiene muy buenas condiciones, un gran fìsico, un buen pase, la gambeta, es joven y pícaro. Se lució en la liga de Ucrania y llegó cedido del Karpaty donde gracias a la gambeta huía de las trompadas de los rivales. Asì que llegó a River, desapareció, entró a la escuela Gallardo. No jugaba, el equipo hacìa resultados y nadie se preguntaba, pero qué es de Carrascal? Estudiaba, y los resultados del trabajo hecho bajo las indicaciones del cuerpo técnico millonario se empiezan a ver en los últimos partidos. Que juegue noventa o quince minutos, se nota. Que esté en la banda o en la posición de enganche, se nota su presencia, su juego. No se le nota necesariamente sólo por su técnica al ejecutar un dribble, sino por su capacidad y eficacia de utilizar su técnica en pro del trabajo, del juego del equipo. Pases para manejar la pelota, movimientos sin pelotas, pases verticales mandando sus compañeros frente al arquero rival, inteligencia y sì gambetas y goles. Es fácil jugar bien en un equipo que juega de memoria? Talvez sì, pero hay que ser buenos para hacerlo, mantener el ritmo, entregar el alto despliegue fisico exigido por Gallardo, manteniendo a la vez un alto nivel de ejecución del gesto técnico, ganandose espacio en el mejor equipo de Sudamérica. El joven colombiano ha conquistado la confianza de uno de los mejores entrenadores del mundo, de todo el cuerpo técnico, de River, que piensa en comprar su pase. Será una de las “armas” usadas en la revancha de la semifinal de Copa Libertadores frente a Boca? Se verà, el equipo tiene muchos jugadores de calidad. Lo cierto es que vino un tipo que sabìa jugar con la pelota y que ahora gracias al trabajo del Muñeco es un jugador de fútbol completo, con un gran porvenir.
CARRASCAL, LA NUEVA OBRA MAESTRA DE GALLARDO
